Se entiende por
mujer a todo ser humano de sexo femenino, en oposición a aquellos de sexo
masculino clasificados bajo el término hombre. Dentro de la categoría mujer
pueden contarse las de niña, adolescente y adulta. Con frecuencia al hablar del
“hombre” nos referimos a ambos sexos, pero esto está cambiando debido a que la
mujer quiere y debe ser reconocida por sus capacidades. Además de que estos no
tienen el mismo estado dentro de la sociedad. La mujer a través de los anos ha
tratado de romper con el estigma de
subordinada del hombre pues desea alcanzar la igualdad.
A lo largo de la historia de la humanidad encontramos muchas
sociedades donde las mujeres fueron consideradas inferiores respecto de los
hombres. En gran parte de las sociedades tradicionales, su educación se
limitaba a aprender habilidades domésticas y se encontraban subordinadas a la
autoridad de sus padres primero, y de sus maridos después.
A mediados del siglo XVIII, con la Revolución Industrial,
muchas mujeres se vieron obligadas a abandonar su lugar en sus hogares y
comenzaron a trabajar en las fábricas. A esta situación se sumó a una idea que
rondaba en el mundo de la época que proponían los filósofos de la Ilustración:
igualdad entre varones y mujeres. A pesar de ello, todavía eran voces aisladas
y el trabajo femenino era equiparable al trabajo de los niños, y sus salarios
eran controlados por sus padres o maridos.
En el siglo XX, en los años 70 comenzó un interés por el
análisis y la comprensión de lo que sucedió y sucedía en la vida de las
mujeres, de ahí comenzó a comprenderse el valor de sus logros y sus
capacidades. El movimiento femenino hizo oídos para escuchar a la mujer.
A pesar de la valoración que ha tomado la mujer, en la
Republica Dominicana predomina la cultura patriarcal y machista dentro de
estas, esto provoca la violencia a la cual han estado expuestas las mujeres. La
función femenina es mantener unida a la familia a cualquier costo, por lo que
la violencia en el hogar se convierte en una realidad aceptada y hasta cierto
punto natural. De igual modo, al estas estar la mayoría del tiempo expuestas a
las actividades del hogar se les dificulta tener una buena educación. Esto lo
vemos demostrado en la Encuesta Nacional de Hogares realizada por la Oficina Nacional
de Estadística que muestra como 7 de cada 10 niñas y adolescentes dedican mucho
más tiempo a las actividades del hogar que los chicos de su edad.
La violencia contra la mujer persiste y afecta de manera
negativa la sociedad dominicana. Una de cada diez mujeres han sufrido violencia
sexual, muchas de ellas temen repetir la humillación de violación o el acoso
sexual presentando su denuncia ante el sistema judicial. Esta es vista como un
objeto sexual y de posesión en la sociedad. Ellas son acosadas con mucha
frecuencia por los hombres y estos a su vez la ven como de su posesión. A muchas mujeres se les niegan puestos de
trabajo por no ser “suficientemente atractivas” escondiendo esta verdad bajo
falsas acusaciones de “incapacidad”.
Desafortunadamente, la mujer profesional es discriminada en
el campo laboral de tal manera que las oportunidades laborales son escasas para
ellas. Esto lo vemos reflejados en el sueldo de ambos sexos, por lo general el
hombre produce más ganancias en el aspecto laboral que las mujeres. Las mujeres
con un estado civil libre se ven más afectadas con esta problemática ya que
prestan una sobrecarga laboral porque deben sostener su familia y el hogar. Por
lo general los hombres dominicanos reciben mejores puestos laborales gracias al
machismo existente en nuestra sociedad. Como ejemplo percibimos la inequidad de
la mujer dentro del ámbito político dominicano. En la historia dominicana nunca
se ha visto una mujer presidiendo el país, a pesar de la presencia de las
mujeres como empleadas del gobierno central apenas 1 de cada 5 puestos de mayor
poder de decisión es ocupado por una mujer.
Tras haber analizado cada uno de estos planteamientos que
describen las vicisitudes por las que pasan las féminas de nuestro país, es muy
claro entender porque la situación de la mujer en la República Dominicana es
rotundamente desastrosa. Es evidente que la política pública evade las
consideraciones de género.
Las circunstancias que rodean gran parte de esta población
las coloca como víctimas de violencia física y mental, de maltratos sociales,
desigualdades en los ámbitos políticos y económicos de nuestro país; en general
la mujer se encuentra en desventaja con
relación al resto de la población dominicana.
Es necesario construir un país en el que las mujeres no
teman ser humilladas y mucho menos asesinadas por sus parejas. Un país en el
que niñas y niños puedan educarse, jugar y ser felices por igual, y donde las
mujeres jóvenes y pobres no contemplen el sexo con hombres de mucho mayor edad
y más poderosos que ellas, como alternativa ante el desempleo rampante en que
viven. Un país en el que las mujeres y hombres de todos los grupos sociales,
preferencias políticas, orientaciones sexuales, y lugar de origen, desde la
comunidad rural escondida hasta la zona más privilegiada, tengan las mismas
oportunidades para construir una vida digna y sin discriminaciones.
Les exhortamos a que, al igual que nosotros, analicen la
situación de la mujer actual dominicana y reaccionen ante su preocupante
situación, pues ellas somos parte vital de nuestra existencia. Y como seres
humanos, deben ser tratadas con justicia, amor y respeto.
- Michelle Marie Caro Morey
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